Estas...
En cada
tecla de esta máquina.
Engranaje de
mi latido,
alto sentido
de ilusiones
que en la
red de los suspiros
viaja a la penumbra
del tiempo.
Estas...
En el viento
errante,
grito azulado
que
se desgarra
en ceraunias
diminutivamente
inmensas...
Tu mundo
empequeñece.
Estas...
En todos los
campos
que
reverberan al lamento
azulado de
lagrimas
y el vuelo
libre de un gorrión,
¡Que, al
nombrarte...
¡Inadvertidamente
vuela!