(…) “Aunque no somos, fuimos. Estuvimos.
Éramos las personas correctas
quizás,
con la vida equivocada. Fuimos la forma
más bonita y triste que tuvo la
vida para echarnos
en cara que el verdadero amor dura
una eternidad y el olvido no es infinito”. (…)
Almathea
Fue en aquella noche
cuando…
El desasosiego desdoblaba
incógnitas que
quedaron
sin respuestas en aquella
inmensa oscura soledad.
Mi boca se quedaba sedienta,
ansiosa de respirar de
tus labios.
De poseer ese deseo
que...
Tantas veces había deseado:
Poseer.
Una noche de tantas en donde
mis manos
apresaron caricias
sedientas de tu cuerpo.
Dónde con tinta de besos
pintamos gemidos en entrega infinita.
Aun así,
quisiera que entiedieras,
que si esa distancia
que forma la ausencia
se convierte en
puente,
sería para tomar tu mano
y caminar
contigo porque sé:
Que para robarle una
estrella al cielo
tendría primero que
escalar hacía ella.
Tomarla con amor y
proteger su brillo.
Y tal vez nunca ese camino
que juntos hemos recorrido
abra
sus veredas y te encuentre
en ellas
porqué sé que...
Si un sueño se persigue,
se encuentra y la realidad
consume
cada distancia.
Cada hora se
convierte en segundo
y cada tiempo vivido
a tu lado fue
de lo bonito un poco pero
bien vivido.
Porque he comprendido que…
En ese recóndito lugar
de nuestro
espacio fuimos sólo
uno y quedó
con cerrojo la puerta
para que nadie
traspase el umbral de
ella porque sé:
Que allí se guarda y
se protegen
siempre más que mil versos,
más
que mil silencios y soledades,
heridas y
cicatrices, lágrimas y sollozos,
una sola mirada. Un
solo latido:
El tuyo y el mío.