
Vuelo y le das alas
al empuje de mi espalda,
la vida y la esperanza;
el sentir del más allá...
A este verbo de barro,
suelo del mundo de embarre.
Ese...
Donde nada cambia
su mudez y mi constancia...
Sin límites de azulado cielo,
verde campo de ocre tierra.
De anaranjados horizontes,
albos astros de bruma noche.
Abro la cajilla de mis sueños
y de entre los dedos se escapan
aquellos pequeños pajarillos...
La memoria de los vientos.
Aleteo de palabras...
Una bandada de suspiros
de este corazón que en su latir
se torna verso al viento
después de este vuelo sin alas...
Quien quita las ganas
de volver a volar en un cielo
azul donde la vida escapa?
Abrir la virgen mirada
a un aprendiz alba...
Un rosado azulado amanecer
sin alas y puedan estos dedos
al viento robarle pequeños
trozos al frágil otoño enlazando
a mis ojos de frio invierno
sobre este tembloroso pecho...
Sin alas.