Ensórdese El Silencio
"...Aquí la tarde cenicienta espera
el fruto que le debe la mañana;
aquí mi sombra en la no menos vana.
Sombra final se perderá, ligera.
No nos une el amor sino el espanto;
será por eso por lo que la quiero tanto..."
Jorge
Luis Borges
Predictible los hechos…
Urdido de luz
los sentimientos:
Muda voz que le habla
a la umbra final…
De su boca desahogando:
Un suspiro incierto.
Errante viento de auroras
venerando dentro de mi
pecho.
Descubierto tul de
latidos
engendrado en la sal del alma:
Veros de retazos,
hilos en la nada.
Asilo de mi voz
en mi garganta:
Hogar bienaventurado.
Cantico de liras
extrañas a la fe:
Fuego oculto en los templos
donde ensordece...
El silencio:
Mount Olympus.
¿Dónde deambulan mis versos?
En el crujir de un suelo sordo
bajo los pasos descalzos
en un camino olvidado.
Resbala la luna
por las desnudas paredes
perdiéndose en los huecos
del alma como cristalinas
secas gotas de espanto.
Me conversa el silencio,
mi compañero bohemio…
Tertulias monosílabas
en una lengua elegíaca.
Aquella en la distancia
en sus labios me nombra:
Mordida tiene la lengua.
En este universo de mendigos
al parpadear de ojos
el futuro es pretérito.
¿Como avanzar eludiendo
esto que devora en mi
pecho?
Hace falta una esperanza
entre costilla y aliento
cuando del palpitar
se
escapa un verdugo sentimiento
murmurando por la garganta:
Verbos y
versos.
Se me escapa entre los
dedos
una moribunda estanza:
Olas como tersas actinia
espuman sobre la ingle
salpicando los vellos en la orilla
voluptuosa de su vulva sediente.
Sin rima o metrica...
Seduccion de luz salaz
navegando incapaz
a otro plano devolviendo
la sombra a la oscuridad.
El alma canta...
Un ensordecido canto:
Se escondera la sombra entre
la umbra y penumbra de ese
iluso y lijero atonito espanto?