(…) El resentimiento yace en la impotencia de no perdonar. La persona
resentida ebulle por dentro, explota en calumnia, prepotencia, egocentrismo y venganza.
Se siente omnipotente al resentir (..)
Jean Améry
Llueve el tiempo sobre mis sueños
y humedece las hojas del libreto
donde escribo mis emociones:
Paginas de una historia…
Quizás gastada de tanto renombrarle:
Mi sentir.
Otro capítulo, otras palabras.
Otros versos.
En mi epicentro...
Todo revolotea.
Letras y verbos
se pierden en el horizonte.
Al voltear la mirada
la espiral de emociones
inhala y exhala lo que siento.
Gatea de mis pulmones…
A mi garganta.
Lloran y cantan.
Ríen en angustia
y sosiegan de alegría.
El mañana sin ellas quizás duela
y acaricie la vida con sus dedos
el pasado polvoriento rehusándose
al deshecho del olvido.
Todo pasa y todo queda.
Se hace camino al caminar
y lo mío es hacer camino,
camino sobre el amar.
Todo en su momento…
Su etapa,
huracán al viento:
Torbellino sin dominio al que…
Una y otra vez me envuelve
por no cerrarle ventanas
al tiempo. Abiertas a la nada,
dejan sin aire mi aliento
por miedo a que el eco:
Muera en el silencio.
Mis versos…
Silencios y soledad inversa.
Quizás mañana se abrirán nuevas
puertas para que entre una nueva ola
de verdes esperanzas volviendo
a rellenar mis pulmones con un soplo
de retoñadas caricias ...
Desenredandome de telarañas.
Aunque cueste mucho:
La noria.
Entorno de su sordomudo mundo
y que algún día ella enlace…
Entre una letania de plegarias
y una retahila de insultos:
Una metamorfosis espiritual...
De Avispa a MariPosa.