
Cuando el amar se ahoga en frio
yermo con una botella de vino
entre el silencio y soledades
¿A que me aferro para no caer
en el abismo de la indiferencia?
En una nada despedida...
Que a destellos desgarra la vida
como si fuese una alimaña devoradora.
Si alguna vez dentro de este pecho
que escondió un corazón sediento
se que moraste como aliento
abrazado sublimemente a mi verbo…
Por que dejar que el tiempo
con sus garras al viento descarne
mi piel de tus sueños y que el mundo
que alce ante mi mente se viniera
abajo de un golpe para quedar bajo
tus pies de sal tan solo como puñado
de arena, si los ojos de tus azules
cielos se llenaran desterrando
de sombras en las esquinas de mis albas rosa.
Y a borbotones manaran versos de mis labios
que aludían tu nombre entre sabanas sagradas
porque pasaron a ser cruel mortaja envolviendo
de indolencia el sentimiento de este poeta
que llevaba en su alma, solamente a ti,
Mujer, como su único credo.