(…) “Cuando no esté, quedará mi sonrisa, mi amor que es inmenso y
quedaré en cada verso ya escrito. Seré eterna para ti si lo sé, porque si estoy
ahora, así estaré cuando ya me haya ido”. (…)
Alma Cervantes
Te extraño
cómo se extraña lo que sabes
que nunca volverá.
Con el corazón en pedazos
te llamé con voz de arrullo
diciendo te amo y no hubo:
Respuesta.
La tarde cierra
sus cortinas para anunciar
el inicio hermoso de la noche
y entre el recuerdo, la súplica
con hermosa esperanza
saluda en voz baja y muda.
Quedamos otra vez
entre las letras.
Hay palabras que tocan
el relámpago del cielo
anunciando la noche
radiante en la oscuridad
del silencioso firmamento.
El silencio cierra oídos
que deseaban tus susurros
y que añoraban tus gemidos.
Camino soledad de multitudes,
limpio lágrimas, rompo ilusiones.
No te encontré, debo pensar
que lo nuestro no ha existido.
Ahora…
Todo me es simple,
mucho más simple.
Sin embargo, aun así,
hay momentos en que
es demasiado para mí.
Es que no entiendo
y no sé si reírme
a carcajadas o llorar
de miedo o estarme
aquí sin llanto, sin risas.
En silencio, asumiendo
mi vida, mi tránsito
al rugido del tiempo.
Si rascas la cicatriz,
evitas que sane.
El amor,
es el antídoto
al miedo, al dolor,
añoranza y la muerte.
Tantas veces me mataron,
muchas veces me morí.
Sin embargo, estoy aquí:
Resucitado.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano del puñal
que hirió mi espalda
porque me mató tan…
Y tan mal:
Que seguí cantando.
Tantas veces
me ahorcaron.
Otras desaparecí.
A mi propio entierro:
Fui solo, llorando
y seguí cantando...
Seguí cantando
y aun vivo.
Que optimista
el corazón,
que siempre,
cree caer de pie.