Tal vez un día…
Si la buenaventura
nos plantase lado a lado
y nos mirásemos sin dolores.
Sin esconder nuestros deseos
y sentimientos…
Te arroparía con mi alma
hasta asfixiar tu aliento.
Y si el reloj de arena
se voltease nuevamente
y la arena se escurriese
marcando nuevos tiempos,
soltaría mis aletas a las olas
del mar para flotar y navegar
a los ensueños de un encuentro
sembrando el tallo de la vida
en lo más profundo de tu alma,
al germinar mi blanco amor...
En tus recuerdos:
Tal vez un día.