(…) “Le amo.
¡Me ama!”
Deshojemos la flor
pétalo a pétalo,
no a la suerte o sin voz
ni al azar. Apostemos al destino
la ilusión de nuestro amor.
Sentimientos encontrados
donde cada vez me pregunto:
¿Le amo o me ama? …
Desnúdame la flor”. (…)
Aldonza
En el jardín de mi alma,
florecen mis sentimientos
como bellas blancas gardenias
que perfuman mi corazón.
Ramo de gardenias
que a mis labios…
Le suspiran a primavera.
Amor son mis ojos,
tus caricias son dorado otoño
que a mis sienes plateadas
adormecen y al despertar:
La desnuda flor le dice…
Él te ama tanto
cómo tu a él.
La pregunta entonces...
¿Cada cuándo te hace el amor?
Responde:
En su ausencia, mis manos
le recuerdan a mi cuerpo
sus caricias y cuando escribe?
¡Cada vez que escribe!
Le leo y se me derrite el corazón.
Me escondo:
Donde nunca hay olvido
en los floridos jardines
de mis sueños donde solo
soy el recuerdo de una piedra
sepultada entre azucenas.
Allí, sentirás la pétrea dureza
de mi cuerpo que...
Hundido en la
tierra,
¡Hace germinar flores y las llevaras
al lecho donde con el pasar
del
tiempo:
¡Nos amaremos!
Encogen los días de suave aroma,
de cálida brisa, de colores
nítidos
de suspiros envolventes.
De emigrantes besos,
de los últimos olores
del ya decadente invierno.
Y yo...
Amo la languidez de ese mes
que huele casi a primavera:
Febrero en su andante caminar
llegando: Me huele a amor.