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El poeta Almathea publica sus sensuales, eróticos y románticos poemas y al ser
leido se le establece inmediatamente como uno de los poetas más sensibles en su
grado. En sus versos, Almathea, posa sus liras sobre la fragilidad del
pensamiento, anidando sentimientos cual crisálida sobre la lengua que quiere
depositarle al aire como un beso. Te llegan muy dentro de las entrañas, como un
beso que se da en el fondo del alma. Ha publicado trescientos quince poemas
registraron en la Biblioteca del Congreso Nacional en los Estados Unidos – el
primero, “Añoranzas”. Almathea ha sido incluido en varias antologías y también
ha sido concedido varias nominaciones por la calidad de sus poemas y varias
menciones honorarias en artículos y revistas literarias tal como la revista El
Taller de Luna y Sol editada en Barranquilla, Colombia. Revista literaria dirigida
por Ricardo León De las Salas.
Nacido en la Ciudad de Panamá, Panamá, empezó su
enseñanza primaria en La Chorrera, Panamá y la termino en los Estados Unidos de
America. Terminó sus estudios
universitarios en la Universidad de Brenau en EEUU. Almathea siempre ha sido leal a su oculta
raíz. Personifica un espíritu de sensualidad y erotismo. Su poesía, tan
tradicional como es nueva, no puede ser dividida fácilmente en fases separadas,
se ha desarrollado lentamente y su punto emocional se ha quedado constante a su
dolor interior aun no confesado, aunque enriquecido por su propia experiencia y
por su maestría de imágenes metafóricas. Su poesía es una visión selectiva e
idealizada, una necesidad incumplida de llenar el vacío de un corazón ancho y
enorme que sangra por un amor negado en días de su niñez, adolescencia y edad
madura. Las tres etapas en que desarrolla su estilo atento sólo a sus heridas y
cicatrices – una visión que es expresada por su canto con cuidado escogido
creando una poesía cuyo eje es el amar.
Pero mirando con cuidado, en su poesía se disciernan dos
características. La primera es definida por su actitud respetuosa hacia la
forma tradicional, así como popular de la poesía; demuestra su sensibilidad
como cualidades musicales en una manera casi virtuosa y sus poemas tienen
raíces profundas en los grandes poetas hispanoamericanos contemporáneos como
José Ángel Buesa, Neruda y Julio Flores. A quienes les refiere como sus
“maestros”. Hablando de este aspecto de su trabajo, él ha dicho que es como
"un álgebra de metáforas incluyendo su amor hacia la ciencia exacta de
números y las medidas inexactas de letra, la prosa y el verso.
La otra característica de la poesía de Almathea es el uso
del verso libre en el que combina el tono íntimo del idioma coloquial con una
musicalidad sutil basada en aliteraciones y asonancias. Es ta característica de
su poesía, más libre, está más cerca de su mundo contemporáneo como lo
experimenta y lleva al lector a tomar parte en lo leído. Sus lectores, en su
mayor parte mujeres, lloran cuando el llora, ríen cuando el ríe y sienten lo
que el siente.
Estas dos características estan presentes simultáneamente
en los tres períodos de la poesía de Almathea. El primer período habita en sus
primeros poemas, en que encuentra lentamente que su voz personalmente abandona,
su folclore hispanoamericano y los modelos norteamericano para renacer en si
mismo en un original manto de letras. Hay una tendencia descriptiva en sus
poemas y la melancolía tiende a ser bucólica. Su voz es de angustia,
sentimentalismo y melancolía, pero nunca empalagosa. Sin embargo, hay también
momentos de plenitud y alegría exaltante y panteísta, una percepción casi
mística de la unidad del mundo en el que todo se mueve con el ritmo armonioso
de las estrellas y su propia alma cuando dice: "El Alma Nunca
Olvida".
Entonces, su próximo trabajo marca una transición sutil
de su poética inicial a ésos de sus trabajos posteriores, con su Eros
Metafórico, verbaliza pureza, sus expresiones prosaicas y una actitud diferente
hacia el amor – uno que es una visión mucho más compleja de un paraíso perdido
y un paraíso recobrado y no excluye dudas incumplidas acerca de un amor eludido
para ser encontrado todavía. Los poemas de ansiedad y desilusión en la que
adora, célebre antes, ahora es marcado por separación; la naturaleza misma
ahora conspira en borrar las huellas de los amantes al escribir “Quiero Que
Llueva”. Pero el poeta nunca pasa rendimientos; busca desesperadamente por algo
agarrarse: "Quiero saber si lo que busco está en mis sueños o en mi niñez.
Parezco sentirme perdido a veces y yo debo encontrarme en otro lugar. Sin saber
que quiero, aquí busco si es de mi niñez o es de mis ensueños “.
El idioma, en la mayoría de los poemas recientes, es
natural y tiene la cortesía de claridad en una dicotomía de palabras. Un duelo
entre lo blanco y lo negro. Contradicción y acordancia. Es una poesía menos
preocupada con perfección formal que la capacidad para la evocación de
sentimientos, para mover al lector, abriendo el mundo para él o para ella, en
un contacto renovado con las fuerzas ocultadas del amor y con una serie de
sentimientos y emociones negadas; verdaderamente, la perspectiva narrativa se
queda constante, resultando precisamente este interés a satisfacer el ser, la
necesidad emocional total. Hay también continuidad con su poética anterior – su
poesía es todavía un cántico, una canción de un gorrión, como "Entre
Tinieblas" – y la misma fidelidad al mundo interior, siendo testigo del
milagro a la resurrección de la felicidad al quiebre de un alba rosa que
empieza con un nuevo día, el amor encontrado y eludido, y sobre todo la
trascendencia de un tiempo lineal. Permitiendo este regreso, sus poemas evaden
contingencia y recuperan los momentos alegres, los transforma en un presente
eterno del amor que se niega a permitir que se vaya y la obsesión de recrear un
futuro todavía no vivido y todavía no aún nacido.
Julio 17,2010
Jose Luis Martinez
Critico Literario y Columnista
El Heraldo
Calle 53 B, 46, Barranquilla, Atlántico, Colombia