(…) “Dejé que tus labios besaran los míos.
Consentí que mi corazón sintiera el dolor
que latía en el tuyo. Dejé que tu amor invadiera
mi pecho sin saber, que en tu beso dejaba volar
mi cuerpo en tu cuerpo y te di mis caricias desnudas,mis labios ardientes. Mi amor.
Te di el beso que calla las palabras,
beso que no se da
con el cuerpo,
sino con el alma.” (…)
Aldonza
Escribo…
Con el corazón palpitante
y con el alma temblorosa.
Hoy vienen a visitarme
tantos recuerdos…
Tus besos.
Vuelvo y escribo...
Me detengo.
corrijo y borro,
borro y corrijo.
Lo intento nuevamente.
Miserablemente,
quiero expresar
lo que siento.
Las palabras,
me resultan difíciles.
Mi alfabeto no contiene
lo que abarca mis sentimientos.
Siento pena por mí, que peno
la impotencia que llora
lo imposible esperando…
Por quimeras.
Quisiera entender
que el destino de esta carta
es un sobre vacío.
Una hoja que flota en un rio,
en un mar de indiferencia.
Pero ella me confronta,
empuja y puja estas
inconclusas letras.
Siento un infinito
y continuo:
Un te amo…
Sin ti.
