![](http://www.fullblog.com.ar/blogs/almathea/1717273424363178.jpg)
¿Dónde quedan los versos
cuando termina el
amor?
¿A dónde el amor
cuando se acaba?
Creo, que se ocultan dentro
de los rincones del corazón.
Alla donde oyen sus latidos
que ajusta su palpitar
al dolor
que lo mueve
al sentir que lo
acompasa.
Llora el dolor...
El amor que lacera:
Su corazón.
¿Qué escribir si fuera
mi última palabra?
Si mi aliento no llegara
a mi boca y tu nombre
muriera dentro de mi pecho
escondido en el hueco
de una nostalgia.
Un para siempre
y un nunca fue entre
el recuerdo hambriento
que devora mi memoria
y me hiciese olvidar
que ya no estás.
Pensé en escribir(te) algo,
pero ya hace demasiado
tiempo de todas las cosas.
Dejo mil escritos indemnes
de futuros no conjugados
escondidos bajo mi almohada.
Cuando me haya ido...
Espero que los encuentres.
Pasados perfectos
olvidados en los bolsillos.
El condicional a mano
solo por si acaso un día
la esperanza despierta
y los presentes preparados:
Para olvidar que un día fuimos.
Temo que algún día
mis letras ya no tengan
sentido y necesite...
Volver a empezar.
Ha cesado el ímpetu
de escribir(te) y un eco
de vanidades heridas
destiñe este el silencio
que antes eran mis letras.
¿Qué se puede añadir
a lo no escrito?
El tiempo me ha atado
las manos dentellando
palabras muertas.
Mis dedos se visten
con púrpuras líneas
de estrofas sin recuerdos.
De grises que ya no quedan
y de ventanas sin vistas
a ninguna parte.
De silencios vencidos
entre las uñas que…
Solo pretenden arañar.
Morirá el plural
entre mis dedos.
No quedará region
para escribir tu nombre.
Todo será pasado
y olvido que llenará:
Mi silencio.
Se escurren mis letras.
No logro retenerlas
entre la línea en blanco
de la
melancolía donde
el borde de la
nostalgia
marca el párrafo
siguiente.
Intento escribir
justo
donde termina el verso
y empieza el
verbo.
La intención de un
sueño
que acaricia mis párpados
y deja que
llueva mundos
intangibles a mi pluma.
He buscado los verbos
perfectos para romper
el silencio. Un adverbio
al futuro que despeje
el presente.
La simple conjugación
de la intención que solo
el corazón conoce buscado
tiempo imposible
para volver(te) a nombrar
y que el pasado…
No, me recuerde:
Que jamás fuimos poesía.