En
mis sueños,
Yo
escribo.
Cuando
Yo escribo
lo
que escribo es real.
Yo
escribo. Yo sueño.
Yo
escribo...
Pero
también leo.
Leo y escribo.
Escribir nunca me es fácil,
pero, en ocasiones
es la única manera
de sobrevivir.
Temo despertar y que...
El mundo sea real.
¿Y
sabré, acaso,
dónde
quedaron las palabras?
Si
se perdieron entre los dedos
buscando
labios que escribirle
o
el viento las arrebató cuando
soplaba
olvidos del norte.
Quizás,
nunca se marcharon,
tal vez estén dormidas.
Sueñan sueños de
poesía
que no me atreví a escribir.
Quiero seguir escribiendo,
pero a veces me siento...
Muerto sobre la última línea.
Sobre el punto final
que no nos dijimos.
Sobre el renglón
que jamás hemos de ser.
No
quiero soñar mas
con trémulas flores
marchitas,
ni con primaveras indecisas
sobre labios que mienten.
Tampoco
con lunas,
ni estrellas que
achiquen
el cielo atezado.
No quiero soñar
ni
cerrar los ojos,
ni
quebrar mi lengua
bajo
palabras
que no existen.
Y
si hemos sido heridos
por
una lengua prepotente
y
vanidosa,..
Por la certera palabra
de
un verbo no conjugado.
Por
el viento imposible
navegando los recuerdos
que nos arrebata con crudeza
unas
alas aún no nacidas
del
vientre de un sueño.
Todo
lo que te he escrito,
todo,
todo era nuestro.
Todo. Ello
nos unía,
porque
no había secretos,
ni
silencios, ni mentiras.
Solo
teníamos amor,
Sueños
y besos.
Solo
vivíamos la vida,
Tú
recorrías mis venas.
Latías
como sangre
en las mías.
Como
el arroyo
al llegar al rio muere.
Muero como el rio
al
llegar a las olas del mar.
Hice
lo que pude.
Te
ame como sabia
y al final de todo,
tu amor Yo no tenia.
Y
vuelo otra vez al rio
para
morir de nuevo
como
el arroyo al llegar
al rio y volver a soñar.