(…) “Cuando la luna despierte sobre
los oscuros paños de la noche
y a tu piel le falte de la mía:
En el derroche…
La nostalgia se asomara
como hábil ladrón entre las tinieblas
del olvido y haga brotar mi nombre
en un suspiro, me recordaras.” (…)
Querube
¿Cuántas lunas tendré
que esperarte?
¿Qué tiempo falta
para que mis manos
puedan tocarte?
La noche...
Es para
valientes amor.
Yo solo soy:
Un alma
débil e inquieta
que espera en un
rincón
de otra madrugada por
ti.
Estoy en un lugar
donde
se encierra un
vacio
en la multitud de la gente.
Mi angustia interna
resulta un cuarto en el desierto
donde mi mente...
Se habita de ti.
Resumba esa pregunta.
¿Dónde estás?
Dibujada en el aire
en forma de un suspiro?
Como es que en
recuerdos
te atreves a volver justo
cuando me he resignado
a la
ausencia cuando creo
que he aprendido a lidiar
con tu
recuerdo...
Tu añoranza y esta
tristeza
me embarcan en la oscuridad.
A esta hora,
cuando la
inquietante
tranquilidad de la
noche arrulla
con su silencio
misterioso
tus pensamientos vuelan
desde mis labios a
los tuyos:
Beso infinito, calor de tu boca.
A esta hora,
cuando ya no eres
mas
que una sombra
que se escabulle
sutilmente entre
mis pensamientos
pago en insomnios
el delicioso pecado
de pensar en ti.
Pienso en ti y...
Pensare que te
conocí,
sentiré tu presencia.
Que estas
aquí.
Sabre que existes.
Que me conoces
y que siempre me
ilusionare
como el primer día:
En que te conocí.