(…) Y roce con mi boca
tus labios enardecidos
y se abrieron ilusamente
como un ramo de jazmin
para acobijar mis besos. (…)
Rosario Isabella
Se de tus tibias caricias,
de los rayos del sol bajo
tus labios blandos.
Se de la añoranza solemne
de tu respirar.
Y como el glaciar bajo el sol
radiante en el verano así…
Se derriten mis labios
cuando tus caricias hacen
tibia mella sobre mi pecho…
Tus labios en mi boca
sorben la esencia de mi alma.
Entonces…
Cayo la lluvia
y la humedad,
acaricio mi cuerpo.
Y en los campos de amapolas...
Se me incendiaban los besos.
Estalló la primavera:
Con flores en los almendros.
Se llenó con su aroma
manantiales y riachuelos.
!Que verdes están los campos,
que dulces saben tus besos!