(…) “Si algún día dejase de amarte,
ten
por cierto que al menos
hoy eternamente te
ame
como a nadie he amado”. (…)
Rosario Isabella
Y ese día he de ahogarme
en la
lluvia de tu llanto
y he de
perderme en el silencio
absoluto de tus recuerdos.
Y he de
quemarme
con el
frío de tu ausencia.
Y mis
lágrimas como perlas...
Navegaran a un río sin orillas
que se
hace mar en el desierto
de tus sueños:
Llevándome
hasta tu pecho y allí....
He de amarte
como flor de cerezo.
Mis
labios, suspiros de primavera
tristes
de amarte, mis ojos y tus caricias
son
dorado otoño ante el invierno.
Me iré despacio...
Sin
querer me iré marchando.
Y te
guardaré en mis ojos entornados.
Te
llevaré en mi mirada,
y me ahogaré
en tu llanto.
Serás entonces
en mi cuerpo pasión,
suspiros,
amor. Y en mi beso, pecado.
Yo en
ese efimero instante seré
el
amado infinito sueño
de una
noche de primavera.
En ese
día...
Por lo menos entonces sabré:
Que
como nadie me has amado.