(…) Que dure lo que
tenga que durar…
Te jure que si fuese
eterno jamás te soltaría.
Si sólo fuese breve,
té prometo igual
que en otra vida
también te buscaría (…)
Rosario Isabella
En mi corazón se
fueron
encendiendo las
farolas
al unísono calor de la
pasión
despertando mi alma
dormida.
El Amor arrasa como el
viento...
Como el
frío que florece la piel,
quema, cómo el fuego.
Llega y abraza, así,
de repente.
Sin una palabra…
Despierta la muerte,
altera el cuerpo
y te roba el alma en
breve:
Eternamente.
Con el amor aprendí
a rimar
mis versos a tus labios.
A sorber la efervecencia
de tu cuerpo y a pintar
caricias en tu piel
con fuego entre mis dedos.
Así como si
fueras noche
porque si duermes,
te imagino en mi lecho.
Entonces asi me
acuesto
a tu lado y en mis deseos...
Despierto.
Me acoplo a tu
espalda
y le ofrezco a tu
boca,
estos besos que me
sobran
antes de que el
tiempo
cese en esta
escéptica noche
en que el viento
regresa mudo
de allá donde la luz
muere...
En busca de tu eterna promesa.