
Arena, solamente arena...
Bajo las plantillas caminantes
de las horas: Lo que tal vez fueron
cosas de la vida...
Hoy, solamente piedra muerta
a la que se aferra la hiedra en su agonía
pues no encuentra una mínima
grieta. Una raja por donde colar su llanto...
Mudo versar del verbo al congelado bostezo
del invierno entre los linderos del vació.
Ni un sollozo al infinito o arroyos de agua
del manantial de esa boca pretendiendo
cantar dulzura. Talla silencio al deseo
deseando encender la llama
a una fogata extinguida por los labios
imprudentes exhumando verdades y pecados.