
Desahucié
mis palabras al borde
de la
página en blanco de un olvido
sobre tu
sexo: Inconcluso de mis versos.
Las
desahucié huérfanas de abrazos
y
cobijos con la rabia infértil de mi ceguera
bajo
el sordo cantar de un pájaro extinto.
Las
olvidé bajo el coro de un sueño fingido.
Y dicen que un contrato
no se puede cancelar.
Voy a apostarlo todo a la noche.
¿Mis motivos?...
Razones personales:
Nos volveremos desconocidos.
Tú
soñarás otras desaventuras
y Yo...
Viviré
en otros sueños,
silencios y soledades.
Compartiremos
un espacio tal vez
que
sólo podremos llenar con recuerdos.
Pero,
llegará un día en el que ellos
se volverán tan
desconocidos
como nosotros y tengamos
que
volver a encontrarnos:
Ante
las puertas de la Eternidad.