En esta noche callada
que mi tormento adora...
Caen estrellas
extinguidas
como perturbas
suicidas
de la noche...
Estrellas fugases, Las Geminidas,
con sus aureolas encendidas.
Las estrellas se deslucen
con el pálido rayo de
la luna.
Atraídas como besos
al amar lloran y caen
como una ola de fuego
y luego
se van.
La noche está vacía y
hacia
el vaho de tierra se
escapa
en breves esperanzas.
Estrellarse a la
tierra esos
son sus refugios vestidas
de colores azulados
oscuros,
allí encuentran su
único refugio.
Se escuren en lágrimas
secas
al amor difuso de un
corazón herido.
Pasan a lo lejos desapercibidas
huyendo de sueños
vacíos
perdiéndose de breves
vértigos.
Olvidar...
O no olvidar.
Perdonar...
O no perdonar...
Ahora, guardo la
noche...
La noche. La noche
de estrellas apagándose a besos.
Las estrellas se deslucen,
a lo pálido de un rayo
de luna.
El amor llora...
Se eleva como una ola
y luego se va.
La noche está vacía
y su esperanza es
breve.
Ahora se escuren sus
lágrimas
al amar. Un corazón
herido
pasa a lo lejos desapercibido.
Esas estrellas
extinguidas
son los besos de almas...
Que caen vencidas.