Hilvanada
de tejes rojos
suspende
el destino bajo el umbral
de sus
sueños y se desnuda
todo
el amor que lleva dentro...
Secuestra
mis besos y su locura
para
amarle en silencio y soledades
de la
única forma que sabe amar,
dejando
entre un cielo añilado
y albas
rosas el rastro de un increíble
encuentro
y recuentro al amor.
El
teje se estrecha, se enreda.
Se
encoje...
Pero
no se rompe. Es eterno.