Mujer:
Sombra de mis amaneceres,
a pesar del tiempo despiertas
el eco dormido en la entraña
de mis silencios y soledades:
Sonetos al viento rugiendo
gemidos en la boca de este
eterno soñador de amores.
Por mucho énfasis que ponga
en despojar los sentimientos
de todo lo
vivido y por vivir…
Aun sin compartirlos ellos
no se asfixian y palpitan.
No dejan de ser versos
en las cuerdas de mi lira
encallada en la garganta.
Pícara hoguera en el pecho.
Cuanto ardes...
Cuanto quemas!
Allí…
Cuando llega la aurora
y las luciérnagas
apagan sus luces
al telón de la luna llena...
Tu,
numen de fuego y agua
arropas mis emociones,
islote de orillas desnudas.
Edén de tierras soñadas.
Calas todos mis rincones,
piel de todas mis pasiones…
Lates desbocada en el pulsar
de mis manos:
Pálpito sobre papiro.
Eres el eterno nocturno tarareo
de una lechuza que al amanecer
entona tu recuerdo a veces
con alegria y otras con dolor.
Cada booo lleva tu nombre..
Y en todo booo, ultima un Adios.
Fortuna...
Estos versos encallados
en mi garganta. Estas liras
escritas por una sola mano,
no la otra, si no quedan en ti
que sirvan para ensueños
al caer a la tierra y geminen
mas tarde en otra primavera.