Voz muda al deseo de sombras,
línea de boca dilecta
a un suspiro incierto...
Errante desierto de auroras venerado
entre vultuosos censos ardientes
a los sorbos del ardor de labios hambrientos
engendrados en sal y miel...
Barro de silencios a las palabras,
retazos de hilos a la nada.
Mujer de asilo en mis brazos...
Sepulcro bienaventurado al cantor
de lágrimas limpias, desprolijo trago
de bendiciones. Desentraña de fe.
Fuego en el oculto templo del deseo.