dormita bajo la sombra
ocre del otoño
un alma que con sienes blancas
mira
hacia el cielo el
reflejo de un lucero
en el jardín de
sentimientos...
Otoñales de hojas secas
que como
alfombra tapiza los ensueños.
Caen y dejan el árbol de
la vida
desnudo bailando al
viento
sus errantes
sentimientos.
Flotan en los ríos y los
lagos
las hojas ocres muertas
del otoño.
¿Qué pasaría si en la
humanidad,
se secasen las hojas del
amor?
El árbol del alma
desnudase
su tronco de hojas secas...
Cayeran y no brotasen
hojas nuevas.
¿Navegaran nuestras
lagrimas
como ríos perdiéndose en
el mar?
No mientras exista un
lucero al cual mirar.
Pasa el otoño, llega el
invierno y luego
la primavera para
entonces hojas nuevas:
Retoñar.