Donde te reflejas, silente luz
de mis azuladas albas rosas?
Sobre el enjambre de sombras
sin sombras quizás que se entierran
bajo huesos dolientes y sin sueños
rotos por el tiempo con deseos de erguirme.
¿Quién sello con cal y verso la catacumba?
Dejando mudo el llanto de las almas…
Y los versos en una esquina de ausencia.
Polvo es mi vida en mis cienes grises.
Puedo quizás hallar un recoveco
huyendo al esterdor de la noche
sin que él sea de mis labios un suspiro.
Y si veo el transcurrir del tiempo
inclinado hacia un mañana sin algo
que me muestre un gran indicio…
Entonces será:
Un aullido a otro amanecer descarnado.