Noche...
La
luna nos secuestra
y su
umbra nos esconde
de furtivas miradas.
El
alba y su canto difuso
en el
ramaje y las aves
en sus
nidos dormitan.
Sobre
mis brazos y bajo
mi
pecho inclinado a la curvatura
de tus
muslos se abren a medias.
Al
subirte la falda en danza
de
caricias sensuales al erotismo
del
verso me ruborizo
al llevar mis manos
a la
insaciable búsqueda
de
llenarme de tus fortunas,
de tactarte
en toda tu totalidad...
De saborearte
viva en tu canto
azul
al entregarme tus orgasmos.
Gemidos,
gritos y a tus encantos.