Agnado
del tiempo...
Soy
hijo de mi pasado.
Padre
de mi memoria,
heredero
de mis deseos.
Andorga
de mi dolencia
donde el
mito se hizo verso
bajo la piel de piedra
que me arropa...
Cuerpo
acariciado
por dedos que sobre
mi espalda
lloran versos y en
ella
tallan mis rosales, auroras.
Frígido
aliento en vehemencia
disgregando
tupidas cortinas de agua
contra
los cristales del alma besando
labios a orillas distantes...
Jadeos, suspiros de arena
y sal
entre senos de sirena:
Rocas de miel y hiel.
Murmullo
que canta en el desierto
desterrando
en el Valle de los Reyes:
Tumbas
y sarcófagos...
Estatua tallada en granito
que Medusa una vez de su boca
clamo el flujo de sus venas.
Maldito
conjuro.
Tálamo de roca...
Donde
mi vida sestea
entre abrazos rotos en tanto
desdén al opacarse el azul
cielo sobre tierra
ilusoria
roseada de lluvia metafórica.
Allí deje de ser prodigo al cincel
y mazo a la mano del Creador.