Esta inmensidad de mar
no te abasta para navegar
la vida que siempre...
A poco te sabe.
Te siento como un signo
de exclamación buscando
un evento floral como aquella
tristeza suspendida
en un tiritara suspendido...
En el firmamento.
Enuncia mi nombre
en las soledades del tiempo.
En las ausencias silenciosa
para tratar de humillar y ofender
cual conjuro de versos que cantan
al sobro del infinito como métrica
de palabras inhóspitas sepultadas
en la arena donde la prepotencia
es un naufragio bajo el cóncavo
peso de las aguas donde se ahoga
la arrogancia.
Ultraje a las olas y los vientos.
Desatinado verso que ultraja
el destino de las palabras
que versan a tu ausencia
para huir y retornar eternamente
al lugar donde la luz:
Se vuelve oscuridad al final
de la honda cueva del olvido
donde todo se desvanece
y se convierte...
En nada.