Entre el ocaso y el alba
pasa la vida por delante
de estos sueños cansados
que enumera los pasos vencidos
en la esquina de la mente donde
tomábamos de la mano las ilusiones
del tiempo sin respetarlo.
A veces un breve suspiro
nace y se va cuando más necesitado
reproduciendo dantescamente el verbo
por abusos del sí mismo y truhanees.
Entre el ocaso y el alba
se evaporan a escondidas
bajo la tiniebla de un verso...
Pareciendo entrever una sombra
abatiéndose por los aledaños nocturnos
al son del amanecer colgando...
De una palabra, de un beso, de un sueño
levitando de tus labio suscitando...
Los sentimientos abiertos:
Dicho entonces, levántate,
camina conmigo...
Que aun linga el tiempo en las manecillas
la alegría de estar consigo mismo
en la constante imprudencia
de un ave aleteado en mis sienes
que se anida con sus alas abiertas.