Los
sentimientos están servidos...
Sobre una
frazada blanca
y bajo
las sabanas se baña
tu aroma
de mujer:
Salmuera
Amarga...
Que enloquece
mi paladar,
conlleva
al calor de mis labios
ante el
quiebre de mis albas
rosas y
tus azuleados deseos.
No sé
si los dejas
para que
te recuerde...
No sé
si los dejas
para que
no te olvide...
El
beso se alarga al infinito,
deseo
siempre insatisfecho
sobre
la pequeña cicatriz
que
exige sus derechos.
Húmeda
es la entrega:
Retaceos
sin resentimientos.