
¿Quizás anda mi mente
por las nubes?
que en realidad en el
papel
la tinta es blanca y
no se lee
y por tanto ninguno de
mis poemas
da forma al alma.
¿Dónde anidan entonces
mis versos?
las letras del abecedario para
componer una
estrofa sino falta
de la garganta
ni un sonido
en las cuerdas vocales.
Se silencian...
A pesar de las horas
calmas.
No se ni una cosa ni
otra.
Solo he decidido dejar
mi mente
en una vitrina de
sombras
ajenas a los ojos del
mundo.
A partir de ahora se
quedan
acunadas en la lengua de sueños
como pájaro en su
nido.
El impulso de mi
aliento
Infiltra los verbos. Las alas
que solo para el oído
del alba
posan sobre mi pecho
desnudo.
Allí hablara mi voz al viento
en el fondo de este cajón
de mis latidos siendo entonces:
Esta la ultima pena que ella me cause
o igual, el
ultimo poema...
Que Yo le escriba.