En mi mano izquierda:
Un ramo de uvas negras...
En mi mano derecha:
Un ramo de uvas blancas...
Así como fue su amor y el mío
y suavemente se catalizan.
Los dos ramos de uvas manando
de su cáliz a la copa del amor:
La blanca, adjunta a la negra,
adjunta a la negra, la blanca.
Al beberles, sorbo a sorbo:
El sabor a salmuera amarga
rozaba nuestros labios de amantes,
y en el instante:
Su ardor de frio y calor
hacia el mismo destino corrían...
Eran como fantasmas:
Beso al olvido.
Entonces, dígame Ud...
¿Cuál uva su preferida?
La negra,
como el negro azulado del ocaso...
La blanca...
Clara como la luz del alba?
No es la pregunta pues ya no son dos.
Es uno el sabor: Salmuera Amarga
que me embriagaba de amor.
Ud. beberá sonriente sin saber cuál...
Yo, sin que lo sospeche,
embriagándome de Ud.